Cuatro son las alegorías que presenta Ripa (1593: 290; 1603: 506-507) acerca de la Virtud heroica. La primera de ellas apareció en la edición de 1593, mientras que las tres siguientes en la de 1603.
"Virtud Heroica. Según era pintada comúnmente por los Antiguos, y según puede verse en la Medalla del Emperador Gordiano.
Un Hércules desnudo, apoyado en su Clava, que llevará enrollada alrededor de su brazo una piel de León, tal como puede verse y admirarse en dos bellísimas estatuas que están en el Palacio del Ilustrísimo Señor y Cardenal Odoardo Farnese, verdadero amador de la Virtud.
Consiste la Virtud en la propia y peculiar disposición y principal facultad que tiene el ánimo, cuando se vuelve en acto y pensamiento en dirección al bien, guiado bajo el gobierno de la razón y no siendo en definitiva sino la razón en sí misma.
Lleva la piel de León y se apoya en la Clava, por ser ambos muy recios y fortísimos, al igual que la Virtud, si está plantada y arraigada con profundas y sólidas raíces, no hay ninguna fuerza capaz para extirparla y arrancarla, ni aun para moverla sólo un punto de lo que es su lugar.
Y habrá de ir desnuda la Virtud, manifestándose con ello que no busca ni persigue las riquezas, sino sólo la inmortalidad de la gloria y el amor, tal como puede verse en un antiguo mármol donde está escrito lo siguiente: Virtus nudo homine contenta est ("La virtud se contenta con un hombre desnudo").
Hércules. Grabado de Adamo Scultori (Italia, 1547-1587)
Virtud Heroica. En la Medalla de oro de Maximino.
Un Hércules desnudo, sujetando por los cuernos un gran Ciervo, por haber sido éste uno de los doce trabajos de aquel Héroe.
Los Trabajos de Hércules. Heinrich Aldegrever (Alemania, 1550). "Veste vuenenata facturus sacra Monaecus Dicitur instructos insiliusse roges".
Virtud Heroica. En la Medalla de Geta.
Como emblema de la Virtud Heroica se representa a Hércules, el cual, con la derecha, levantará la Clava, a fin de descargarla y de dar muerte a un Dragón que ha de estar enroscado y anillado alrededor de un árbol del que cuelgan manzanas. En el siniestro brazo tendrá además envuelta una piel Leonina.
Todo ello simboliza y significa que Hércules (por cuyo nombre ha de entenderse la Virtud) impuso la debida moderación a la concupiscencia, representada en el Dragón, que es el apetito del placer libidinoso.
Con la piel del León nos muestra Hércules la generosidad y fortaleza que ha de tener el ánimo.
La Clava simboliza la razón, que rige y domestica el apetito, siendo esta Virtud la mayor y más patente de las muchas excelencias de Hércules. Por ello se le atribuye como símbolo la Clava que decimos, que ha de estar tallada en madera de Encina, por cuento dicho árbol, que es fuerte y firmísimo, produce una madera también robusta y fuerte.
Además dicha Clava se ha de pintar nudosa, mostrándose con ello las múltiples dificultades que se oponen a los que van buscando la Virtud. Así se dice que Hércules, siendo de edad juvenil, y hallándose cierto día en un lugar retirado y solitario, deliberando consigo mismo en su fuero interno sobre qué vía debía de tomar, si la de la Virtud o la de los placeres, tras meditarlo despacio y con cuidado, sopesándolo todo, se decidió por fin por la vía de la Virtud, a pesar de ser ardua y reportar grandísimos trabajos y fatigas.
Grabado italiano de la escuela de Andrea Mantegna (c.1470-1500), con la inscripción "Divo Herculi Invicto".
Virtud Heroica.
Se encuentra en Roma, en el Campidoglio, una estatua de metal dorado que representa a Hércules, vestido con un pellejo de León y provisto de Clava, cogiendo además de esto en la siniestra las tres manzanas de oro que trajo consigo del Huerto de las Hespérides, frutos que simbolizan las tres virtudes heroicas que a Hércules se atribuyen.
La primera de ellas equivale a la moderación de la Ira. La segunda a la Templanza, que contradice la Avaricia. La tercera representa el generoso desprecio de las delicias y placeres, y por eso se dice que la Virtud Heroica anida en algún hombre, en cuanto su razón somete por completo sus apetitos sensibles.
Así, llegando a un punto en que es inseparable de los medios y acciones virtuosas, se hace pura e ilustre, y rebasando en todo la humana excelencia, se acerca y asimila a las purísimas naturalezas de los Ángeles" (Ripa 2002: II, 424-426)
Hércules, sujetando su Clava y una manzana. Grabado de David Kandel fechado en 1550, perteneciente a la Cosmographía de Sebastian Munster (Basilea, Heinrich Petri, 1628)